Para describir con palabras composiciones instrumentales, suele recurrirse a imágenes, a climas, estados de ánimo. En el caso de este disco, su portada es -en verdad- un portal. La incógnita es qué sigue después del encuentro amistoso de un robot tanguero con un alienígena, sobre las vías de algún paso a nivel de un Buenos Aires por venir.
En principio, el anfitrión es electrónico, pero está ahí para despistar al visitante desprevenido, como "patovica" que no exige zapatos para la admisión, sino despojarse de prejuicios. Brian Eno cortando tickets en La Catedral. A continuación, de nuevo un aire familiar, reconocible y ambiguo, que entre el tango y la cámara, rasgueos y vientos, pone un pie en la herencia piazzollesca y otro en la búsqueda particular iniciada en la ópera prima de Respiro.
En Donde reina el arte, nos encontramos con guitarras eléctricas, solos que acompañan sin detenerse en el virtuosismo, ya envueltos en un clima de armoniosa melancolía. Dejame ciclotimia, que da nombre al disco, funciona como incidental de una película en la que quien escucha es protagonista y realizador imaginario, una película con suspenso, misterio, acción y hasta slapstick, y en la que al final, obviamente, gana la ciclotimia.
El siguiente episodio, en tres movimientos, indica desde el título que aparecen dos nuevos personajes, a los cyborgs y extraterrestres se le suman fantasmas, aunque son fantasmas con sentimientos románticos. Avanzamos en la idea de que aquél encuentro inicial terminó en zapada electrónico-bandoneonística, como muestra la contratapa del disco.
Dejame ciclotimia es original pero no extravagante, sus raíces son reconocibles aunque la propuesta del sexteto exceda los límites del tango contemporáneo. Es un álbum que mantiene y profundiza el nivel del debut de Respiro, y que seguramente repetirá el buen recibimiento crítico de aquél. Las únicas letras disponibles, los títulos, indican de buen modo que una búsqueda de excelencia no tiene porqué ser solemne y esa conclusión siempre deja la sensación de un buen final.
Club del Disco
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