Solo, con sus manos en el piano, genera mundos muy agradables y de disfrute intenso. En catorce piezas que parten de ritmos del folklore argentino y se abren hacia diferentes influencias, otros folklores o proyecciones, retoma su carrera solista (su trabajo anterior, Las tres orillas, de 2008, era en formato de trío de jazz, con bajo y batería).
Con poco más de la mitad del repertorio compuesto por el mismo Manzoni, además de algunas excelentes versiones de los Hermanos Simón, María Elena Walsh, Félix Luna o Ariel Ramírez, le alcanza y sobra para completar una obra muy fina, de hechura clara y directa. Allí se percibe que Alejandro Manzoni es, además de un gran pianista, un amante de la melodía y de la música popular, y esto se nota no sólo por la elección del repertorio y por sus composiciones puntuales, sino también por la impronta de la obra en su totalidad. No parece que hubiera nada improvisado en este disco, y no porque no se haya sentado a tocar en su momento para llegar a los arreglos como los escuchamos ahora, sino porque da toda la sensación, en la escucha, de que tenía claro a dónde iba desde que empezó con las primeras notas.
Tanto con la simple belleza de la tapa o el sonido del piano, como con la relajada duración de cada tema (promedian los tres minutos y medio), redondea en todo momento un mensaje contundente y sin vueltas. En una tierra pródiga en pianistas, Manzoni, con este disco que edita la Universidad Nacional de Tres de Febrero, demuestra que ya dejó de ser una promesa para pasar a ser una realidad tan sólida como su piano.
Producido por Alejandro Manzoni y Alejandro Juárez
Comentarios
Este disco es "increible" !!! Felicitaciones a A. Manzoni, muy creativo. Guillermo Gamba - Socio 2322