Sergio Álvarez es un guitarrista anfibio: cruza de rocker con músico de vanguardia, parece estar a gusto tocando tanto Led Zepellin (como en la reciente convocatoria que hizo la Usina del Arte a su ex banda Panza para que versionara al legendario grupo inglés) como al compositor minimalista estadounidense Steve Reich. Es un muy buen guitarrista, y se podría decir que es un virtuoso de la guitarra eléctrica, o que es definido por lo eléctrico, sin importar tanto en qué género se mueva.
En este disco que, pese a ser esencialmente instrumental es, al mismo tiempo, muy verborrágico (a simple vista suena desmesurada la cantidad de tracks, pero escuchándolo se ve claramente que hay varios que funcionan como viñetas o separadores), los mejores momentos, que no son pocos, ocurren cuando se arma el trío. Básicamente hay dos elencos, y en ambos casos se trata de bases rítmicas con años de tocar juntos: la dupla Pipi Piazzolla - Mariano Sivori y la de Lulo Isod - Franco Fontanarrosa.
El disco está lleno de recovecos, y hay que escucharlo varias veces para paladear todos los tesoros secretos que oculta. Se recomienda escuchar con auriculares aunque sea una vez. Como siempre, el audio de Facundo Rodríguez es garantía de excelencia, y es en estas violas eléctricas distorsionadas donde más se luce.
Club del Disco
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