Ya desde el nombre mismo del grupo, que parece hacer referencia a los míticos estudios donde se grabaron discos emblemáticos del rock argentino como Pescado 2, el álbum doble de Pescado Rabioso, Phonalex se inscribe en una tradición que ya cumplió cinco décadas. Su formación de trío remite a Manal y a Color Humano, pero su sonido por momentos se acerca al Soda Stereo más rockero de Canción animal. Si hubiera que pensar en grupos actuales, no está lejos del sonido de Mostruo! (si bien el grupo platense es un cuarteto). Como se puede ver, el abanico es amplio, pero este trío pese a tener antecedentes tiene un sello propio.
El formato elegido para lanzar su segundo disco, grabado luego de diferentes giras por Europa y Estados Unidos, es el LP de vinilo. Es una decisión paradójicamente moderna, porque el formato lo acerca al pasado a la vez que parece ser un gesto de esta época. Contradicciones en la era del multiformato. La edición es muy linda, y en el sobre interno trae las letras impresas, en una tipografía muy usada a comienzos de los años '80.
La lírica de las canciones va del amor y la amistad a búsquedas espirituales. Títulos como Hombre en la tierra llamando a la luz (track 2 del LADO A) remite directamente a Almendra, mientras que Reina de la calle (tercera pista del LADO B y single de difusión) es mucho más terrenal. Hay una canción como Traenos, que abre el LADO B, que es una chacarera directa y el cierre del álbum, con La mística del Paraná, es un rápido rock duro en el que el guitarrista y cantante principal, Juan Chiatello, le canta a su Rosario natal.
Un sonido muy sólido y una arquitectura muy definida para cada una de las diez canciones, más la solvencia en las voces y la autenticidad que emana en cada acorde, le da un interés especial a este disco, a lo que se suma el cuidado en la elaboración del producto físico. Seguramente será una de las revelaciones de 2018 y un disco muy requerido por quienes atesoran LPs de verdad.
Club del Disco
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