Hay algo de este final de década que remite inevitablemente a la segunda mitad de los años '70, en lo musical. Salvando las distancias, que son enormes, hay elementos comunes: la vuelta del Rhodes y de los sintetizadores empleados monofónicamente, el afán de fusionar músicas diversas, el regreso del vinilo como soporte, la búsqueda del mastering analógico. No es que todo esto ocurra en este disco de Juan Izkierdo Grupo, simplemente lo apuntamos como un clima de época. Quizás lo que también recuerde a experiencias grupales setentistas es el tamaño del grupo y la colaboración de músicos diversos en pos de un objetivo común.
Por otra parte, como venimos notando en otros discos incluidos en el Catálogo del Club del Disco, hay una camada de músicos jóvenes que no para de grabar discos: propios, como invitados, como parte de diferentes proyectos. No es casual que volvamos a encontrar en este caso a la vocalista Mora García Medici y a la saxofonista Camila Nebbia. Más allá de esta casualidad con muy poco de azar, los que llevan adelante la composición, los arreglos y la dirección de este grupo son Juan Ignacio Sánchez (saxo alto), Tomás Melillo (guitarra eléctrica) y Joaquín Fridman (bajo). Escudados detrás de un personaje de ficción (a la usanza de los Redonditos tras Patricio Rey) son quienes firman las autorías.
Hay que decir que, además de lo bien tocado y grabado que está el disco, lo que más llama la atención es la originalidad de las composiciones. Formalmente interesantes, con dinámicas cambiantes, con métricas nada complacientes, hacen que debamos prestarles atención desde el comienzo hasta el final del CD.
Una prueba más de que 2017 fue un año desbordante de nueva música en este país y alrededores Para escuchar muchas veces.
Club del Disco
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