Dice el Diccionario de la Real Academia Española, en su 22ª edición, que transmutación es la “acción y efecto de transmutar” y, al mismo tiempo, que transmutar es “convertir algo en otra cosa”. Estas palabras nos vienen del latín prácticamente sin modificaciones en más de 2000 años.
Dice Daniel “Pipi” Piazzolla, sobre su particular Transmutación: “Lo que quiero reflejar en este disco es la experimentación de valores rítmicos especiales o artificiales como tresillo, quintillo, septillo y diferentes métricas superimpuestas que vengo trabajando en profundidad. Tratando de que suene de manera natural y fluida. Provocando que un ritmo o base que se toca naturalmente de determinada manera transmutarlo a otro tipo de ritmo sin perder la esencia del ritmo primo. Todo esto apoyado de una fuerte línea melódica que es muy importante en el trío.”
Traducido para no músicos, comenzando por el final: líneas melódicas fuertes, es decir que uno rápidamente identifica la melodía y puede silbarla, por ejemplo si quiere; sería algo cantable. Con respecto a la experimentación rítmica, algo que se puede esperar de un baterista, dice que trata que “suene de manera natural y fluida”. Nosotros agregamos: esto, el trío lo logra, con creces, a lo largo del disco. Nada de lo que ocurre en Transmutación parece un experimento a secas.
Comienzan transmutando un tema de Wayne Shorter, Dance cadaverous. Luego se alternan piezas nuevas de los integrantes Damián Fogiel, quien toca saxos tenor y soprano en el trío, de Lucio Balduini, guitarra eléctrica (con muchos efectos) y del propio Pipi Piazzolla; más aportes de amigos del entorno como Mariano Sívori y Jesús Fernández. Todos ellos, artistas ya conocidos por los socios del Club.
Uno de los interrogantes es ¿cómo funciona un trío con batería pero sin bajo, y con dos instrumentos proclives a cantar, como la guitarra y el saxo? Pues bien, en varios temas no hay parte de bajo, y sin embargo salen airosos… En otros, la guitarra cumple esa función o hay ostinati del saxo para marcar una línea rítmica-melódica que sostenga para que arriba vuele el guitarrista. Una de las claves para lograr variedad tímbrica es la magia que hace Balduini con la guitarra. Puede sonar con una dulzura inenarrable, como en Lolo (track 6), o asemejarse a un Hammond como en Chopchi (track 8). A propósito de Lolo, dice Pipi de ese tema, que le pertenece, “es un tema que está en 7 por 4 con clave 4/4/3/3, y utilizo quintillos para el armado del groove”.
El disco terminaría realmente con La era de los bebés, tema de Jesús Fernández. Luego viene un bonus track, La gallardeta, un homenaje del batero (fanático de River Plate) al equipo que dirige actualmente Gallardo. Por último, en su carta Pipi Piazzolla se despide de nosotros diciendo: “Espero que disfruten de esta búsqueda personal y grupal”. Nosotros ya lo disfrutamos; ahora es el momento de que el público lo haga suyo.
Club del Disco
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