Cuando un disco es inclasificable, cuando no alcanza con decir que son canciones porque hay muchas formas de canción, cuando se ven influencias de tantos mundos diferentes, porque hay rastros de milongas, de valses y de zambas, pero también hay armonías y gestos del jazz, del rock experimental o de quién sabe dónde, es que estamos ante uno de esos discos que le dan su razón de ser al proyecto del Club del Disco: música sin género.
En una época en la que hay tantos cancionistas, cancioneros, cantautores y cantadores, se agradece que alguien tenga facilidad para la melodía y para articular las letras de forma tal que los acentos musicales coincidan con los acentos de las palabras, pequeño milagro muchas veces ignorado por los autores.
Las canciones de Cecilia Bernasconi son diferentes entre sí, las construye de muy diverso modo, algunas no tienen estribillo, otras tienen varias secciones; las hay estructuradas sobre pocos acordes y otras en las que hay progresiones, acordes yuxtapuestos, disonancias varias… Lo que es invariable es la calidad de los arreglos. Los instrumentistas se van sumando y nunca sobra nada; no existe la sensación de que haya muchas voces.
Hay algunas canciones bellísimas, que refulgen como gemas. Si bien es muy difícil elegir porque el nivel del disco es muy parejo hacia arriba, el arranque con los tres primeros tracks es notable: Dos o tres palabras, Lucidez y Milonga de la distancia nos dejan sin aliento. Pero también Noche y campo (track 5), Fito magnífico veloz (7), Fulgor (8) y la Zamba para irme (13) son fantásticas.
Autora muy original, no es fácil encontrar en ella influencias de otros creadores, si bien debe tenerlas. Algo de folk, algo de Brasil, algo Beatle, algo de Zitarrosa, métricas raras, el resultado final es un disco muy homogéneo y personal, apoyado en un grupo muy sólido y con la producción artística marcando una línea muy clara, mérito también de Federico Nicolao.
Atención: produce ese tipo de adicción que hace que el disco se eternice en el reproductor durante varios días…
Producido por Cecilia Bernasconi y Federico Nicolao.
> Ver acá entrevista con la autora.
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