Marco Sanguinetti es ya reconocido en el ámbito del jazz argentino, hizo tres discos siempre con el piano como herramienta primordial. Y su trabajo con la melodía y las reminiscencias al rock más interesante son también reconocibles.
En este caso, para su cuarto disco de música original llamado 8, juntó distintos frentes y formas de trabajar para redondear una obra magnífica. Que parte desde nociones jazzisticas, de perfil urbano, música instrumental de sonoridad principalmente acústica, pero con todo escrito y basándose en la melodía. Lo novedoso es que la formación no es la típica del jazz (incluye, además de piano, batería y contrabajo, scracht con bandeja de vinilo, violonchelo y guitarra eléctrica). A esto se suma en un tema la siempre magnífica voz de Vicky Zotalis.
Y si bien se grabó en directo, con la banda tocando en vivo (a la usanza de los grupos de jazz), luego vino un delicado trabajo de producción y edición del audio (algo muy usual en el pop), y por eso quien que se encargó de darle un nuevo sentido y planos al registro, fue Mariano “Manza” Esaín (reconocido productor de discos de rock alternativo).
A todo esto se suma una hermosa gráfica, la conceptualización desde el diseño. Sanguinetti (que además es diseñador industrial) compuso toda la música, los arreglos y estuvo a cargo de toda la producción y convocó a otros dos artistas para desarrollar la presentación del digi pack contenedor. El ilustrador Leo Castelao y la diseñadora Laura Varsky se hicieron cargo de armar un producto de lujo.
De la música podríamos decir que claramente no se trata de jazz, aún cuando al comienzo -el track 1- pareciera indicar que se viene otra cosa. Los motivos melódicos con que se teje el entramado armónico son breves y de simple carácter, a la vez que muy encantadores. Ahí está la fuerte impronta del disco, en su búsqueda y hallazgo de un sonido singular y sin posibilidad de etiquetarlo, pero abierto y con atractivos para cualquier escucha. No hay solos de los instrumentistas, sino que todos suman su toque a la totalidad del conjunto dando como resultado riqueza armónica y tímbrica. A sí mismo tiene agregados sonidos cotidianos que ayudan a crear ambiente, como en un momento aparece la voz de John Cage hablando.
Con todo se construye un universo sonoro de audio maravilloso (se suena todo el disco), con pasajes casi cinematográficos o de alta emotividad. Calidad y calidez interpretativa, jugado y singular, con una ppresentación gráfica impecable que enmarca la obra. Una producción con un nivel altísimo de sutileza y atracción.
Producido por Marco Sanguinetti y Mariano Esaín
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