Cuarto disco de su producción solista, y tercero (¿y último?) de una trilogía que comenzó con Búfalo (Disco del Mes en marzo de 2007) y siguió con el El sapo argentino de boca ancha (Disco del Mes en marzo de 2009), este Pájaro de fuego, subtitulado o acompañado por la palabra Trance, que ubica al disco en un estilo musical dándole más de un sentido, juega con los otros animales del bestiario de Sehinkman a la vez que agrega un tercer elemento. Como bien nos explicó el autor, el Búfalo es de tierra, el Sapo de agua, y el Pájaro de fuego (y de aire, ya que vuela, agregamos nosotros). Dicho esto, metámonos de lleno en la música.
Una de las características de Esteban Sehinkman, que comenzó a perfilarse con más claridad en Búfalo y terminó de asentarse en el Sapo, es la tendencia a frases cortas que se repiten con ligeras variantes o cambios rítmicos en cada reiteración. Algo asimilable al minimalismo, que en el caso de esta nueva grabación es llevado al extremo. En cuanto al groove, obviamente influido por la electrónica (y dentro de ese mundo, por la bailable), para quien no conozca la escena puede resultar extraño, pero realmente encantador escuchar a estos músicos de primer nivel tocar esta música hipnotizadora y engañadoramente fácil. La sensación de este disco conceptual es que se trata de un solo tema largo, pero cuando profundizamos la escucha se advierten las diferencias. Hay espacio para el humor (ver track 5, Centro tonal), para la cita culta (track 8, tomado de un fragmento de la Sinfonía para órgano de Saint-Säens) y para los desarrollos largos, tanto como para los temas “cortos” (de menos de ocho minutos). Sehinkman hace todo esto acompañado por Pipi Piazzolla en batería y Matías Méndez en el punzante bajo eléctrico, y tocando él mismo mucho “menos” que en otros discos. Los invitados aportan lo suyo (fundamental la voz de Nico Sorín cuando aparece). El diseño del sonido, es decir tanto las tomas como la mezcla y el mastering, son de ese artista del audio que es Facundo Rodríguez.
Con una inspiración espacial, reminiscencias a la noche bailable antes que al jazz y un trío que no afloja nunca, Esteban Sehinkman da un nuevo paso audaz en su carrera, sin repetirse y siempre buscando algo nuevo para decir.
Producido por Esteban Sehinkman
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