Ya desde el título del trabajo existe el choque, la fricción juguetona y algo irónica entre lo anónimo popular (el folklore) y la tradición europea de música escrita (la música de cámara; la idea de suite). Y hay una tercera tradición que no está presente en el nombre del disco pero que subyace en la forma de tocar y en la conformación de los quintetos que ejecutan estas dos suites: el jazz. Tanta mezcla, tanta impureza es lo que hace fascinante a la música de Liniado y, como no podría ser de otra manera, tiene un aliado en alguien que ha hecho de los cruces de géneros y tradiciones su marca registrada: Manolo Juárez, quien apoya con un texto, inserto en la gráfica del CD, esta audaz iniciativa. Grabadas con seis años de diferencia, la Suite Porteña y la Suite Folklórica tienen elementos en común y funcionan un poco de manera especular, ya que son ciertamente simétricas en su estructura, si bien los motivos melódicos obviamente difieren. La segunda suite (la Folklórica) tiene desarrollos más largos. Ambas, por más que los nombres lo desmientan, son notablemente urbanas, tanto desde lo tímbrico como desde lo armónico. Abundan los cambios de compás, los guiños al jazz o a blues y los solos instrumentales, escritos por el autor y apropiados por los ejecutantes. Liniado, además de tener una fecunda imaginación melódica, escribe muy bien, con oficio de compositor clásico: las fugas y otros pasajes imitativos rozan la perfección, así como las variaciones armónicas. Nada sobra en su lenguaje, por suerte evita decir de más: en ese sentido, es equilibrado. Párrafo aparte para la calidad de los intérpretes, un quinteto cuyo único cambio de una suite a la otra es en la guitarra (en la primera grabó Armando de la Vega; en la segunda Juan Martínez). Los otros cuatro instrumentistas participaron de todo el disco (Alejandro Santos en flauta, el fundamental Bucky Arcella en bajo, Gustavo Hernández en piano y Osvaldo Avena en percusión). Con influencias innegables y múltiples, con una construcción que recuerda por momentos (y en eso debe influir la preponderancia en las melodías de la flauta traversa) a aquellas suites algo jazzeras y tan difundidas de Jean Pierre Rampal y Claude Bolling en los ’80, pero también con un lenguaje muy personal; este disco merece una escucha atenta y repetida, porque si bien “entra” fácil desde la primera vez, tiene muchos rincones para descubrir y volver.
Producido por Ricardo Liniado
Comentarios
Uf!! Que bueno que se siente esto! Lo quiero ya!.. Impresionante, lo quiero escuchar todo!