Este disco grabado por Litto Nebbia solo, al piano, mientras grababa otro álbum entre junio y julio de 2008 en la calurosa Madrid, tiene varias virtudes que lo hacen merecedor de un lugar bien "a mano" cerca del reproductor de CDs, en el living de casa. Por una parte nos encontramos con un Litto desnudo, despojado de toda cáscara, solo con el instrumento, jugando, reflexionando, creando sobre la marcha. Es un disco cercano, íntimo, algo nocturno y muy querible. Hay piezas nuevas, algunas claramente improvisadas en el estudio, hay fantásticas versiones de temas de Stevie Wonder (un punto alto del disco), de los Beatles y el increíble Ave de paso, de Charlo y Cadícamo. El disco cuenta con varios homenajes; por un lado las recreaciones de canciones célebres como las que decíamos en el párrafo anterior; por el otro, temas de Litto dedicados a amigos, a lugares. Prácticamente no hay tema que no tenga su dedicatoria implícita o explícita. Y pese a tanto homenaje y celebración (lo que lo transformaría en un disco extrovertido, o "para afuera") es un trabajo hecho a solas y de encuentro del músico con el instrumento, es decir, de una intimidad que casi intimida. Todo esto, por supuesto, sin renuncias a la manera de frasear, al color inconfundible de las armonías de Nebbia.
Estamos ante un pianista que no será quizás un virtuoso, pero que tiene una gran sensibilidad y, sobre todo, ideas. Un disco fuera de lo común, por lo ascético, en la vasta producción discográfica de este artista, y que nos permite una escucha relajada y amable. Con un toque de nostalgia, bien grabado y con olor a blanco y negro. Para escuchar, y punto.
Producido por Litto Nebbia
Comentarios