Este disco registra una antológica presentación de Antonio Carlos Jobim (1927-1994) en el Festival de Jazz de Montreal. Tal fue el impacto de este concierto que desde 2004 el festival de la ciudad canadiense entrega un premio a nombre del compositor brasileño. Con una formación de cámara, un sexteto en el que descollan Jaques Morelenbaum en cello y Danilo Caymmi en flauta, más un quinteto vocal femenino que canta las melodías en un perfecto unísono de empaste perfecto, Jobim repasa varios de sus éxitos, sin excluir a Garota de Ipanema, claro.
Luego de un comienzo que parece un final, ya que se suceden la Samba de uma nota só, Água de beber y Chega de saudade como tres primeros tracks del disco (y del show), el artista se permite también repasar su repertorio de los '70 y '80, que tiene gemas como Gabriela (track 8) y, en un guiño al público internacional, canta Águas de Março, bellísima canción popularizada por Elis Regina y él mismo, en inglés, entonces pasa a ser Waters of March (11). En el final pone toda la carne en el asador y hasta se permite volver sobre la Samba de uma nota só, como coda final.
El Jobim que se escucha en el disco está en su plenitud: aún no había cumplido sesenta años y tiene pleno dominio del piano, de la dirección general y de la voz. Si bien nunca fue un gran cantante, tiene un sabor especial escuchar al compositor interpretando su propia música. Swing y encanto suplen la falta de técnica y de registro. Además, con inteligencia, Jobim entrega muchas de las melodías al quinteto, que suena como una sola voz.
Un álbum que permite apreciar el sabor perenne de estas canciones con el nervio del vivo, lo que les da otro sabor.
Club del Disco
Comentarios