Alas irrumpió como trío a fines de 1974, y en su breve pero fulgurante carrera tuvo más de una formación. El primer grupo estaba integrado por Gustavo Moretto (trompeta y teclados), quien provenía de Alma y Vida, Carlos Riganti (batería) y Alex Zucker (bajo y guitarras). Luego, en la búsqueda de ampliar la sonoridad del grupo, entró Daniel Binelli en bandoneón. El grupo sufrió cambios con la salida de Zucker, lo que motivó el ingreso de un púber Pedro Aznar, y la participación de otro bandoneonistas: Rodolfo Mederos, Juan José Mosalini, Néstor Marconi... Repasando ahora los nombres que subieron al escenario con Alas en esos fugaces años que van del 74 al 77, se entiende por qué se hicieron de un nombre en la escena local. Grabaron dos LP en esos años; el segundo se editó mucho después (en 1983).
Mucho tiempo pasó, y se dio la oportunidad de un breve regreso en 2003, para tocar en la Argentina, Estados Unidos y Brasil. Se sumó al grupo original Martín Moretto (hijo de Gustavo) en guitarra, y también participó en algunos de los conciertos Pedro Aznar como invitado. Los temas de sus dos álbumes más material nuevo, siempre en la misma línea, fueron el repertorio de los conciertos.
Este álbum que aparece ahora en 2022 es un registro de un show en Río de Janeiro (de ahí el nombre, que parodia a uno de los temas más conocidos del grupo, Buenos Aires solo es piedra). Con el recuerdo de la crisis de 2001 aún muy fresco, pese a los años vividos lejos del país por Moretto y Zucker, el grupo suena compacto y con un sonido muy porteño.
No se trata de un producto nostálgico o para fanáticos del progresivo: al contrario, hoy estaría claramente ubicado en el espacio del tango contemporáneo, a la par de tantos proyectos que circulan hace años y tienen su lugar muy lejos de los festivales de rock. Es música de Buenos Aires, y punto.
El material nuevo (nuevo en 2003, aclaremos) está a la altura del original, y se destacan Mimame, bandoneón (track 3) y Somos lo que somos (6). Los temas fundacionales como Aire (1) o Pinta tu aldea (2) suenan como si hubieran sido escritos ayer. Un hermoso registro bien documentado.
Club del Disco
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