Una reunión impensada que nos permite escuchar a un maestro como José Colángelo y a Franco Luciani, quien sin dudas es el máximo referente argentino de su instrumento, la armónica. La grabación no es a dúo, ya que completan el cuarteto la guitarra de Leonardo Andersen y el contrabajo de Pablo Motta. Pero claramente la responsabilidad melódica está a cargo de Luciani, y en menor medida de Colángelo.
Pese a lo que el título sugiere, no hay mucha improvisación en este álbum. Al menos no lo que en el jazz se entiende por improvisación. El pianista, nacido en 1940 y que tocó con todos de verdad, es un gran arreglador y orquestador; mientras que Luciani, recién en los cuarenta años, tiene una sensibilidad especial para tocar tango y folklore.
Además de los clásicos que pueblan el tracklist de doce pistas, hay lugar para un par de invenciones propias. Y también hay espacio para que el armoniquista se pruebe como cantante.
Producido por Mavi Díaz, nada menos que la hija del gran Hugo Díaz, el más ilustre armoniquista argentino del siglo XX, el disco merece muchas escuchas dedicadas para percibir todo y disfrutar de su belleza.
Club del Disco
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