Por es una de las canciones más extrañas de Luis Alberto Spinetta: vinculado siempre de manera algo errática con el surrealismo, esta es sin embargo la única canción del Flaco que tiene un procedimiento típico de esa corriente poética, ya que utilizó un tipo de escritura automática que trabajó conjuntamente con Patricia Salazar, su pareja en 1973 y por veinte años más. La letra, hecha de palabras sueltas, fue escrita a medida de la música preexistente. Tomando las 46 palabras (45 sustantivos y una preposición, justamente por) que conforman esa poesía, Diego Schissi se trazó un programa: escribir una pieza musical para cada una. Así, Te contiene 19 temas en los que no existe una relación directa con la música de la canción original, a excepción de la melodía del último track, Nube, que contiene las notas de la canción pero rearmonizadas por Schissi.
Pese a que la canción funciona como un punto de partida para este álbum y, salvo el caso del último track no hay otros préstamos, en la música del pianista, compositor, arreglador y líder del quinteto hay más de un rasgo spinetteano. Uno, que está por afuera de las formas musicales, es la inquietud por una constante evolución del lenguaje. No hay un disco de Diego que se parezca al otro, y para Schissi el estudio de grabación es un lugar sagrado. Otro es la sagacidad para vincularse con notables compañeros de ruta: esta formación está integrada por cracks y todos tienen un pie en el tango y otro en el jazz o la música popular argentina en general. Y una claramente musical es el evitar el lugar común cada vez que se pueda.
Esto se manifiesta en la armonía, sea vertical o contrapuntística y se verifica en la orquestación, materia en la que Schissi es un notable maestro. Le saca el jugo a cada instrumento al máximo, inventa dúos impensados y juega mucho con cambiar las funciones de cada cual en el quinteto. Ver por ejemplo el uso de los armónicos del contrabajo en Gas (9), o como transforma a cualquiera de los cinco instrumentos en uno de percusión.
La cantidad de tracks puede intimidar, pero la duración total del álbum tranquiliza: hay muchas piezas breves. Como ocurría en Timba, no tiene sentido escuchar por separados los temas: este disco obliga a una escucha continuada y en orden, orden que no coincide con el de la letra.
Te, sin tilde, porque hace referencia (también) a la continuidad de los títulos de Schissi, siempre con T como primera letra: comenzando por Tren (para doble cuarteto) y siguiendo con Tongos, Tipas y tipos, Timba y Tanguera. El arte gráfico del álbum, del genial Fran Pontenpie, juega con la letra sin caer en lo obvio. Y el sonido, obra de Florencio Justo, está a la altura de la música escrita por el compositor.
Todo se conjuga para que podamos ofrecerles un nuevo trabajo magistral de Diego Schissi. ¡A escucharlo!
Club del Disco
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