Hace catorce años que La Bomba de Tiempo es un fenómeno único de la escena musical argentina. Con sede en Buenos Aires, estos percusionistas juegan de locales en el Centro Cultural Konex todos los lunes por la noche, no muy tarde, convocando a 2400 personas que agotan las entradas puntualmente. Son una referencia para los turistas jóvenes que visitan la ciudad, y también han salido de gira por el país y por el mundo, actuando en Gran Bretaña, Alemania, España, Dubai, etc...
Ahora bien, más allá de shows especiales, como los de vacaciones de invierno para niños, o de presentaciones didácticas, digamos, lo usual de sus performances es la improvisación grupal dirigida por señas que hace uno de ellos, puesto en el rol de director para tal fin. Independientemente de quién dirija, el resultado es básicamente el mismo: percusión bailable, irrepetible y en la que los tiempos se dilatan o contraen en función del calor de la danza, la inspiración de director ocasional o grupo y otras variables, como los invitados. Es que en la estructura de los lunes de La Bomba, el o los invitados, generalmente al final del show, son la variación. Pueden ser cantantes, instrumentistas, un grupo. Muchísimos han pasado por ese rol, con la extrañeza de actuar con un set de trece percusionistas a las espaldas.
Esto hizo que el formato discográfico no fuera el mejor para mostrar lo que La Bomba de Tiempo es. De todas maneras, lo primero fue un CD, actualmente agotado, que fue Disco del Mes en el lejano julio de 2007. Luego, siete años después, un DVD con invitados, que reflejaba lo que pasa en el Konex cada lunes. Hasta entonces, ambas grabaciones lo que hacían era intentar captar la improvisación en vivo. Ahora tenemos algo completamente distinto: se trata de una serie de canciones, grabadas en estudio, con la colaboración de instrumentos que tocan alturas: bajo eléctrico, guitarra, saxo, etc. Y lo más importante, con un criterio de producción en el que el grupo participa pero no está en el centro de cada track, sino que da el marco para que se destaque un invitado. Y qué invitados...
Cada canción está pensada para (y a veces con) una celebridad de la música latinoamericana. Desde Julieta Venegas o Adriana Varela a Paulinho Moska y Joe Vasconcellos, pasando por Valentín Oliva, alias Wos, hijo de Ale Oliva, miembro del grupo desde sus inicios, hasta Kevin Johansen (Near the drums, track 7, el tema de Gabriel Spiller en el que él canta, fue el primer sencillo de la serie que luego derivó en este álbum).
Se trata de un álbum que puede ser escuchado fácilmente sin conocer al grupo ni haber ido a ningún show. En ese sentido, le abre puertas al combo, permitiéndole llegar adonde nunca se presentó todavía. Muy bien producido y grabado, se recomienda la escucha del disco, con auriculares, para tener una experiencia completa con muy buen audio, diferente a lo que se puede percibir en las plataformas con sus audios comprimiditos...
Club del Disco
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