Una vieja fantasía de amantes de la música: haber estado el día que se estrenó una obra central del repertorio de un autor. Afortunados los primeros oyentes de la Novena Sinfonía de Beethoven, aquel día en Viena, o aquellos que estaban ahí cuando Almendra estrenó Muchacha, o quienes oyeron por primera vez el riff de Satisfaction en un concierto. Bien, este nuevo álbum de Litto Nebbia mágicamente nos trae en su segundo track el estreno en público de "una canción que compuse ayer, en San Luis", nada menos que Sólo se trata de vivir, que quizás sea, junto con La balsa, la de más trascendencia popular dentro de la vastísima producción del compositor.
La versión tiene muy pocas diferencias con la que quedó grabada poco tiempo después, en un registro que Litto hizo en Nueva York. Algún giro melódico diferente, y poca cosa más. Pero además, a continuación, nos golpea y conmociona otro estreno de esa noche de noviembre de 1979 en la Universidad de Aguascalientes, México: Lucecita, en el que, además de la bellísima melodía Nebbia, exhibe un falsete impresionante. En total hay siete canciones grabadas en concierto en esa noche, que se escuchan aceptablemente bien, y seis registros recientes en estudio, incluyendo una canción escrita en 1965, Dulcemente.
El generoso librillo de 20 páginas, muy bien diseñado, cuyas tipografías y colores son propios de la década del '70, trae el testimonio del músico y mucha información que sería redundante ofrecer en esta reseña. Digamos que como postre hay tres versiones de la canción, homenajeada por distintos músicos españoles, mexicanos y argentinos.
Club del Disco
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