Bailecitos, zambas, chacareras, gatos, nada queda afuera de este disco con quince canciones grabadas de una sola toma. El álbum abre con Córdoba morena y La vuelta larga (pata pata), prácticamente una declaración de orígenes, principios y proyecciones. José Luis Aguirre habla desde el dolor y la fuerza de un pueblo conquistado, desde las raíces de los comechingones y la sangre de esclavos africanos con influencias musicales como las del Chango Rodríguez e incluso Carlos La Mona Jiménez.
Aguirre da nombre a este disco reivindicando la palabra Chuncano, generalmente utilizada de forma despectiva para referirse a quienes viven en el interior. El artista, nacido en las afueras de Villa Dolores, decide resignificar la palabra y valorizarla como un espacio desde el cual hablar, cantar y transmitir. Los aromas, colores, vegetación y relieve cordobés son protagonistas en la poesía del cantautor.
El álbum pasa tanto por la intimidad de De Luna y Jazmín (7) donde se destacan Mariano Vélez en piano y Federico Seimandi en contrabajo como por el clima festivo de Gato raro (6) con el propio José Luis en guitarra y Lucas Millicay en percusión. Además, encontramos a la queridísima Sofía Viola con quien canta Chica churita (5), una cueca a dos voces con una dulzura que pide loopear el tema. Por último, nada más ni menos que Raly Barrionuevo se hace presente con su voz en Monte es libertad (9). En esta zamba los artistas nos recuerdan que el folklore es, también, la defensa y amor a su tierra y su pueblo.
Club del Disco
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