Postales de una Buenos Aires negra, reza el subtítulo de Negro che, negro usted: en pocas palabras se delimita el territorio y la comunidad con la que trabaja este disco de diez tracks. Pero hay mucho para explicar, porque estas canciones son una deriva, una continuación o una repercusión, más de una década después, del documental Negro che de Alberto Maslíah, involucrado fuertemente en este proyecto. La película estrenada en 2006 tenía como subtítulo Los primeros desaparecidos. ¿Es necesario explicar algo más?
Quizás sea necesario explicar el nombre del disco (y de la película). Negro che es como se llamaban (¿o llaman?) entre los negros porteños aquellos que se identifican con su origen, para diferenciarse de los Negro usted, aquellos que quisieran ser vistos como blancos, como forma de ascenso social. Es decisivo porque la identidad, el verse negro o no, explica una parte del problema de esta comunidad negada, borrada de la historia a partir de la modernidad liberal en la que se sumergió el país luego de la batalla de Caseros.
Crecimos con la explicación (el mito) de que los negros, tan centrales en la cultura de la Buenos Aires colonial y rosista, habían desaparecido producto de las guerras de la Independencia, de la Guerra del Paraguay o de la epidemia de fiebre amarilla. Muchos argentinos, aún aquellos con ideas progresistas, siguen pensando que ocurrió eso. "En la Argentina no quedaron negros, salvo excepciones muy puntuales", es lo que resuena desde siempre. No es un problema estrictamente porteño: este mismo mes estamos presentando en el Catálogo el nuevo disco del cordobés de Traslasierra José Luis Aguirre, Chuncano, que abre con su canción Córdoba morena. Fue una política nacional, coincidente con el fomento de la inmigración europea, el borrar la huella negra de la cultura argentina.
El disco, grabado en Sombracine, la productora de Alberto Maslíah, justamente, es un trabajo colectivo, comandado por Mariano Agustín Fernández. Notables músicos como Minino Garay, La Delio Valdez, Juan Cruz de Urquiza, Facundo Guevara y muchos más grabaron junto a figuras como Carmen Pelusa Yannone, Oscar Pocho Porteño Vega y otros de la comunidad afroporteña, recuperando piezas anónimas o casi olvidadas como el fabuloso Tango Patagones del más famoso payador bonaerense, Gabino Ezeiza, que muchos aún ignoran... era negro.
Un álbum coherente gracias a las condiciones en que fue grabado y producido, con la simple pretensión de mostrar un universo ignorado (deliberadamente) y aportar a la memoria del patrimonio de Buenos Aires. Editado por el sello Sura que lidera Nico Falcoff, cuyas palabras precisas vale la pena leer en el librillo que acompaña esta bella edición diseñada por Fran Pontenpié, creemos se trata de un aporte que marcará época.
Club del Disco
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