Marco Sanguinetti es un artista que escapa al molde de músico de jazz. Toca casi siempre en reductos jazzeros, con instrumentistas que en general provienen del mundo del jazz, pero lo que hace, de manera deliberada, es un crossover que puede tener distintos contenidos y formas: sería raro que lo encontremos tocando standards. Al mismo tiempo, va construyendo su camino con mucha solidez y ya tiene un sonido que lo identifica.
El quinteto con el que grabó Inmoral sintetiza un poco su camino desde 8, que fuera Disco del Mes en diciembre de 2013. Algunos nombres cambiaron, pero permanece el fiel Migma con su bandeja, un aliado imprescindible ya que aporta buena parte del color del quinteto. Desde hace un tiempo el cello lo ejecuta la exquisita Violeta García, y la base rítmica la completan dos músicos que sí provienen claramente del jazz como Ezequiel Dutil en contrabajo y Tomás Babajczuk en batería. Este álbum, a diferencia de Cómo desaparecer completamente, no tiene voz humana. Canta el piano, a veces el cello, pero no hay cantante.
No es fácil meterse con la obra de cantautores con registros personales tan intensos como Gustavo Cerati, Luis Alberto Spinetta o Charly García. Muchas veces sus creaciones, cantadas por otros, que pueden ser irreprochables intérpretes, suenan frías o falsas, ya que la obra y su forma se grabaron a fuego de manera inseparable con la voz del propio compositor. En ese sentido, que no haya cantante es un alivio: esa ausencia genera, de manera paradojal, una fuerte presencia en el aire.
La elección del repertorio, y su orden, fueron clave: el disco fluye de manera natural. Algo para destacar es que el productor del disco, que además participó de manera activa de la grabación, edición y mezcla, fue Tweety González, quien participó de las grabaciones originales de varios de estos himnos de Cerati. Y, como siempre, el objeto físico es un diseño inteligente y seductor, para tocar, para desarmar y armar (ver video al pie). Un detalle: cada track tiene su tapa; la portada del álbum es la superposición de esos doce dibujos.
Club del Disco
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