Lucas Monzón había llegado a los socios del Club del Disco gracias a Noctámbulo (2013), se segunda placa. En 1998, muy joven (¡tenía 14 años!), había grabado Verde profundo. Por el tiempo pasado, y por la madurez, Franco puede ser considerado en realidad como el segundo disco solista. Todo lo que prometía en su anterior entrega, ahora está reafirmado.
Al frente de un ajustado quinteto, poblado de músicos sensibles y experimentados, el acordeón de Monzón lidera con tranquilidad, dialogando con la guitarra y el piano. Son fantásticos los aportes de los invitados: la guitarra picante de Marcelo Dellamea en el tema que abre el disco y en El cartucho (track 4) y la inconfundible voz y toque de Carlos Negro Aguirre en El río del zurdo (5), de su autoría.
La sabia producción de Javier Tenenbaum para Los Años Luz, sello que sigue siendo garantía de calidad, y el fantástico ambiente y técnica del estudio de Florencio Justo, cada vez más elegido por los músicos de jazz, tango y folklore para grabar (ver las fichas técnicas de este mes y de los anteriores para comprobar esta afirmación), nos permiten disfrutar de una música viva con una gran fidelidad.
Álbum sincero, directo (como su título), nos permite corroborar el crecimiento de este artista que ya es una referencia importante desde Resistencia, Chaco, donde sigue viviendo y produciendo.
Club del Disco
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