Nacido en Perú pero radicado y formado en la Argentina hace ya más de 25 años, Rafael Delgado es un destacado chelista y compositor. Músico felizmente anfibio, integra las orquestas más importantes del país a la vez que conjuntos de tango con los que gira por el mundo. Y en este disco, largamente soñado y finalmente concretado, conecta todo en una obra integral.
El nombre, Chelfie, es un hallazgo no exento de humor pero que condensa la idea de que su instrumento sea el centro de la música. Se anuncia como primer episodio, Territorios, de un proyecto más extenso. Más allá de que el chelo o los chelos (porque usa dos instrumentos diferentes, uno de cuatro y otro de cinco cuerdas construido por encargo) sean los que definan a este álbum, lo que llama la atención es la esmerada producción artística, obra de Mariano Agustín Fernández. Eso incluye los arreglos, muchos de ellos escritos a cuatro manos con Delgado, y en los que predominan las cuerdas frotadas, y se destaca la flauta de Victoria Polti.
Disco con numerosos músicos invitados que sería arduo enumerar, brilla tanto en los ritmos peruanos o argentinos (landó, festejo, zamba) como en las obras originales del chelista, o las versiones de Gismonti o Pat Metheny (esta última, con sobregrabaciones de chelos, cierra el disco).
Se trata de una obra madura, que aspira a la belleza y que es mucho más que una monografía sobre un instrumento. Lleno de originalidad, este disco merece estar en la consideración de todos los que disfruten de la música sin preocuparse por los casilleros, las etiquetas o las bateas de las disquerías.
Club del Disco
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