Javier García es un virtuoso guitarrista y un compositor que tiene el don de la melodía: los nueve temas de este disco son de su autoría. La forma canción le conviene y, aunque solo hay dos temas cantados, todos tienen mucho de cosa cantada. La música que imagina es un muy auténtico cruce entre el jazz-rock de los '80 y aires de malambo, milonga, chacarera que se cuelan por todas partes.
La formación básica es un trío eléctrico en el que lo secundan Andrés Pellican (bajo) y Diego Alejandro (batería). Para ponerle voz a las canciones se suma Nicolás Sanucci en Este mar (track 2) y Mersatrón (9), en el que también aporta su piano el Pollo Raffo. La guitarra sintetizada de García genera muchas veces ambientes que recuerdan teclados. En Remanso (6) la armónica de Franco Luciani aporta su color distintivo.
Producido por el propio guitarrista, con la coproducción de César Silva, en cuyo estudio se grabó este disco, el resultado es un muy interesante recorrido por un material claramente de este lado del mundo. Tiene puntos de contacto con experiencias como las de Madre Atómica o Spinetta Jade. Quizás la referencia spinetteana resuene fuertemente en los temas cantados (y en especial en el bello Mersatrón) por el timbre de Sanucci, pero ello no desmerece la sensibilidad como compositor de García, al contrario.
Un trabajo equilibrado y emotivo, muy bien tocado y grabado, que entrega mucha felicidad en la duración de un LP, es decir en poco más de 40 minutos. Para escuchar en la penumbra de un atardecer suburbano.
Club del Disco
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