Este es un disco Matta. Si bien Mariana Matta pone su voz al frente de las 14 canciones, se trata al mismo tiempo de un álbum de canciones cuya música fue compuesta en su totalidad por su hermano Camilo Esteban Matta, figura fundamental de la música popular riojana de los últimos 30 años, tanto al frente de su grupo vocal Librevoz, como arreglador y director de coros en su provincia y en la vecina Catamarca, y también como como autor de muchas canciones bellísimas.
El carnaval, la fiesta de la chaya, está presente desde el primer acorde, pero se manifiesta claramente en De amor y pujllay (track 4). Hasta ahí, abundan los poetas riojanos. Luego, con un clima más íntimo, una poesía del gran salteño Manuel Castilla es musicalizada por los Matta. Se suceden chayas, vidalas, zambas, milongas, valsecitos y también alguna canción litoraleña. Las armonías remiten al gran movimiento de renovación del folklore que se dio en los años '60.
Es el color de Camilo Matta, libre, con algo del Cuchi Leguizamón, pero también con reminiscencias al jazz, la bossa nova y la canción urbana. Acordes con extensiones osadas, modulaciones y melodías que se rompen en el momento menos esperado son características de su oficio de cancionista. Los arreglos vocales e instrumentales son de una gran elegancia, pero sin manierismos innecesarios.
Tanto la grabación toda como las guitarras que se escuchan son obra de Luis Chazarreta, uno de los artífices de este disco aunque no lleve el apellido Matta... Y, volviendo a esta familia cantora, que está bien lejos de los Von Trapp desde todo punto de vista, las tres generaciones pasaron por el estudio. En Los dos solitos (10) se escucha inclusive un fragmento con la madre, doña Ligia, ya octogenaria, al piano.
Una gran pintura familiar encabezada por la voz de Mariana. Y, hablando de pintar, hasta el arte de tapa es de su mano. Un hermoso fruto de este árbol: resumen de una provincia riquísima en tradiciones centenarias, y de la historia de una familia al mismo tiempo.
Club del Disco
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