Los cantautores y músicos unidos y mezclados aquí son: Tomás Lebrero (el reconocido Tomy), el Gnomo (de la Filarmónica Cósmica), Faca Flores (batero y percusionista de Onda Vaga) y Jano Seitún (líder de la Alvy Singer Big Band). Todo esto no sólo son nombres, sino también historia en el under y diferentes enfoques estéticos, puesto que vienen de años de carrera y distintas propuestas. Juntos, Los Grillos del Monte traen buenas canciones que saltan los límites de: género, de insecticidas, de campo y ciudad, de estilo y popularidad.
La música del cuarteto tiene condimentos de todo tipo, desde la frescura y el humor, pasando por la actitud rockera, las influencias del folklore y el tango, hasta mucho de los Beatles. El cruce de lo urbano con la impronta bucólica; las letras locas del ideario hippie de los ‘60, con una cumbia romántica y lo que consiguen contagiar con sus voces; todos cantan, se hacen coros, armonizan y crean más voces enriqueciendo y ampliando el campo.
Su verdadero poder es el de la canción, son todos muy buenos compositores y eso se nota a lo largo de este primer disco. Hay piezas de todos y cada uno de los integrantes, con claro apego a la melodía. Y todos los temas nos enganchan por algún lado, pueden ser inocentes baladas o con un toque más ácido pero siempre con buen desarrollo melódico. No es una banda de rock, queda claro; suenan acústicos, bien folk. Aún cuando en algunos tracks electrifican la guitarra y se oyen bien presente la bateria. Así mismo, este álbum fue producido por Juani Serrano (Juanito el Cantor) quien logró un resultado variopinto y contundente.
Para los que no los conocen tanto, aclaramos que sus instrumentos principales son el bandoneón, la criolla, el contrabajo y las percus del sur (cajón peruano, bombo legüero), como se ve en la foto de tapa. A eso suman armónica, la batería a veces, violín, charango y algunos otros timbres cuando lo amerita la situación. El conjunto es más que atractivo, con sus toques de psicodelia y los roces a La Máquina de Hacer Pájaros, con su soltura de espíritu y de lenguaje.
Por lo inclasificable y encantador. Los Grillos del Monte, sin molestar, regalan su canto eterno.
Producido por Juani Serrano
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