A Lavanda Fulton la descubrimos y la presentamos allá por 2010 con su primer disco (Moretón) y es una de esas cosas “raras”, inclasificables y buenas que nos llegan de las provincias, en este caso Mendoza. Nos alegra que sigan creciendo y haciendo mejores discos. Aún cuando a veces la etiqueta “rock” pueda espantar a algunos o hacer dudar a otros, hay aquí una propuesta que si bien se nutre de la cultura rock&pop, no es algo duro ni limitado a eso género.
Su estilo va por el art o el post rock, el folk, lo psicodélico y las influencias del pop arriesgado y para nada simplista. No son la banda del típico estribillo repetido; muy pocas canciones tienen la forma clásica, los temas difieren en estructura y duración, las partes instrumentales son tan importantes como las cantadas. Y los ritmos (o matrices de las que parten) pueden dejar oír aires de vals o canción criolla.
El sonido de la banda en Álbum desconocido está ampliado en relación con su disco anterior (de impronta más folk). Hay aquí más energía rockera, con guitarras eléctricas, bases contundentes de bajo y batería, incluso algunos temas son producto de la composición desde el piano y así suenan (o sea no son solo un grupo de muchachos que rascan la guitarra).
Al escucharlos, puede que se caiga en la comparación, porque pasa por ejemplo (por el manejo del audio, los arreglos y las ideas armónicas, etc) con Radiohead, lo cual es un halago. Las influencias pueden estar en alguno de sus antecesores incluso; el rock inglés bien hecho o avant garde.
Con todo -incluso el concepto del arte de tapa-, este disco de carácter profundo e introspectivo los presenta más sueltos a la vez que maduros y con una inteligencia aguda en sus letras. Humores y climas que condensan cierta oscuridad con buen gusto.
Un segundo paso muy bien logrado y con un título sugestivo como la obra.
Producido por Lavanda Fulton y Leandro Lucerna.
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