Este disco de casi una hora de música tiene todos los condimentos del sueño del pibe: reunir a talentosos instrumentistas en torno de un repertorio de standards argentinos y sacarle todo el jugo posible, sin la presión de que se trate del proyecto personal de ninguno de ellos, sino de una tarea lúdica colectiva.
Para quienes no conocen el mundo del jazz, el Real Book es un enorme volumen, por lo general fotocopiado, en el que figuran los standards más conocidos de jazz, con lo que se entiende por partitura, la línea melódica (con su letra, si la tuviera) y el cifrado americano por encima. Y el Real Book Argentina surgió como una iniciativa de Esteban Sehinkman para recopilar y difundir partituras de compositores del ámbito de lo que muy bien describe, en la gráfica del disco como “las vastas fronteras estilísticas del jazz argentino”. Así caben el funk, el jazz más actual al lado de expresiones más cercanas a las big band, algo del tango, algo de rock, en suma: muy parecido a lo que estos mismos intérpretes y compositores que participan del proyecto tocan cada día sobre los escenarios.
Los nueve temas, de nueve autores diferentes, fueron a su vez arreglados para el Ensamble RBA por diferentes músicos, no todos ellos participantes del grupo como instrumentistas. Estas redes de colaboración terminan conformando co-autorías, tan fuerte es el peso de los arreglos y de los solos en este amplio género que se sigue llamando jazz para “redondear” pero que se podría denominar, de manera más extensa “música contemporánea urbana predominantemente instrumental y con espacio para la improvisación”. OK, sigámosla llamando jazz…
Cada track del disco es una gema, no vale la pena detenerse uno por uno. Hay temas de Javier Malosetti, Santiago Giacobbe, Sergio Verdinelli, Mariano Otero, un momento de canción con Olvídate, de los hermanos Lucas y Ezequiel Cutaia, con la voz áspera de Nico Sorín, y un bonus track (Beijing) autoría de Ale Franov, deliciosamente variado por Esteban Sehinkman en piano solo. Sobre este último pianista y compositor, vale decir que es una suerte de alma pater tanto del proyecto RBA como del grupo y del disco. Su influencia se percibe por momentos, pese a que los arreglos no son todos suyos, ni mucho menos. Entonces, para aquellos (numerosos) socios seguidores de la carrera discográfica de Sehinkman, bien se puede considerar a este trabajo como un CD de su catálogo personal.
Así como el primer disco del Ensamble RBA representaba un esquema de cancha de fútbol (entonces eran 11 jugadores), éste va hacia el basquet (¡son diez músicos, cinco por equipo!). La gráfica incluye los scores de los temas, continuando con la serie.
Producido por Ensamble Real Book Argentina
> Pueden leer aquí la entrevista con el director del Ensamble.
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