Entrevista a los creadores de No me busques en el frío-Ahora

Tan lejos del mar

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Jenny Náger, Gastón Sironi y Titi Rivarola, compositora y cantante, poeta y productor, respectivamente, del Disco del Mes de junio de 2010, responden a las preguntas del Club del Disco desde Córdoba, donde, lejos del mar, se gestó este proyecto que todos los socios pueden disfrutar ahora.

¿Existían ya las poesías y les pusieron música? ¿Cómo fue ese proceso de creación?

Jenny: Muchos de los textos ya existían... sobre ellos traté de encontrar alguna frase que me sensibilizara especialmente, y que a mi juicio pudiera ampliarse para crear el cuerpo de una canción. Así surgió Ahora, por ejemplo, o No es mar la lágrima. En otros casos y ya más avanzado el proceso de composición conjunta, tratamos de ver qué necesitaba el disco... una canción de amor como Boca a boca, o un tema punk un tanto rabioso que rompiera con la serenidad que a esa altura del disco habíamos establecido: Esta furia. Esta canción tuvo música primero y letra después. También en Navegá y en Hacer olas, la adecuación la hizo Gastón respecto de la música que previamente compuse. De todas maneras creo que fue la poesía la que mandó hacer una música, la que ordenó todo el proceso y la que hizo que llegáramos a este resultado...

Titi: Hubo distintos momentos, por ejemplo, una tarde improvisando con Jenny, yo al piano, salió la música de Tan lejos del mar, en la casa de Gastón, con él presente. Rápidamente se puso a trabajar el texto sobre la idea musical, y empezó a tomar forma de canción... que varió muy poco con respecto a la estructura que se escucha en el disco.

Gastón: El proceso fue rico y variado. Aunque ya tenía escritos algunos poemas, siempre el tránsito hacia la canción iba mejorándolos. Algunas canciones necesitaron giros nuevos en la palabra, un decir más físico que fui aprendiendo junto con Jenny. Por supuesto, algunas melodías recibieron con más espontaneidad las palabras, y en otras hubo mucha búsqueda hasta que se encontraran música y palabras. No hubo un sistema en el proceso, fuimos armándolo canción por canción.

¿Cómo y cuándo decidieron que sería una obra audiovisual? El libro, las fotos y todo el concepto.

Jenny: Todos los años en la casa de Gastón en La Granja, en las sierras de Córdoba, nos juntamos a celebrar y compartir momentos musicales, poéticos y visuales con artistas amigos... en ese lugar decidimos inventar algo, no sabíamos aún bien qué forma tendría pero sí que sería un objeto que portaría música, poesía e imágenes... lo pensamos como una obra conjunta en la que cada parte tuviera el mismo peso e importancia. Desde un comienzo trabajamos en esa dirección y tratamos de registrar visualmente los momentos en los que hacíamos algo que tuviera que ver con esta idea.

Gastón: Mucho tuvo que ver el espacio en que concebimos el libro-disco: una obra “orgánica” en palabras de Titi, un objeto que abrigara nuestras palabras y músicas pero también esa isla verde, los perros, el agua que cae y barre el viento. Eso entra desde la foto de tapa del disco, y se cuela entre las canciones, el videoclip y las demás imágenes. Rodrigo Fierro hizo las fotos de tapa de libro y disco, además de las que acompañan las poesías. Su cuidado, su sensibilidad y su entrega al proyecto se sienten en cada imagen. También en el videoclip, Letra y música en Isla Verde, que con la edición de Chango Roots se convirtió en una suerte de videopoema. El objeto completo es la obra, con la estética del sello vientodefondo, desde el concepto gráfico hasta el lacre que se graba sobre la faja roja que envuelve los libros. A mano, con las manos de Mora y Agos, que dieron a este objeto el trabajo artesanal que, en ese detalle, distingue a cada uno de los libros.

¿Qué hizo que eligieran algunos textos para dejarlos sólo por escrito y otros para musicalizar?

Jenny: Sobre algunos poemas se me hizo muy simple poner una música, traté de sintonizar con la música que ya había en esas palabras, en esa forma de decir algo. Otras canciones fueron más buscadas... un proceso más largo y ya desde el pensamiento, que incluyó el significado y la fonética del lenguaje. Especialmente una canción que trabajé mucho, No es mar la lágrima: para ese texto, que me parece tan bello, compuse cinco músicas distintas hasta dar con una que me gustara realmente y que justificara que ese poema tuviera mi música. Hubo otras que las hicimos juntos... tratando siempre de encontrar la más justa adecuación.

Gastón: La parte del libro, Ahora, es una reescritura de un diario de viaje, una puntuación de un poema narrativo extenso que me sirvió de textura para asentar en su respiración, y en su atmósfera marinera, las canciones que fueron naciendo. El proyecto completo se llamó primero Tan lejos del mar, como todavía se llama la carpeta de imágenes que guardo. Ese nombre quedó luego como título de una canción, pero también reverberando en una declaración de principios desde aquí donde vivimos: “Hay que estar acá / hay que hacer olas / tan lejos del mar”. Las canciones, a la hora de los arreglos y la producción, ¿las pensaron como piezas separadas?

Jenny: Este disco tiene mucho trabajo, tuvimos que poder con nuestras formas particulares de hacer cosas, tuvimos que dejar miradas puramente personales y concentrarnos en la obra que teníamos enfrente, entenderla... tener confianza en el otro y también dejar cosas en el camino en pos del conjunto, de la obra total. Ese “todo” empezó a tener un carácter que permitía estilos, géneros y sonidos distintos, y en este sentido son piezas separadas que responden a un solo cuerpo. Ése fue el criterio: hacer lo que requería la obra... desde ese lugar compuse sabiendo que en lo demás existía completa libertad.

Titi: Hay una atmósfera “folklórica” en todo el disco que es deliberada, y un ambiente de fusión buscado... Desde la primera charla se pensó en grabar el proyecto en la casa de Gastón... luego propuse disparar algunas ideas ahí y continuar en estudio la producción, por cuestiones técnicas y de tiempos individuales. No obstante, grabamos en locación todos los textos, para lo cual propuse la descontracturación total, poniendo a Gastón en situaciones a veces embarazosas, o haciendo que corriera por el campo hasta que no pudiera más y entrara a la casa y hacer algunas tomas... o disfrazarlo... buscando la espontaneidad... el decir de adentro, evitando el recitado. Fue una experiencia fabulosa. Hay un pasillo en la casa con varias puertas, monté varios micrófonos y pedí que abrieran y cerraran las puertas a determinados ritmos usando, además, los picaportes. Así nació Puertas, al cual le agregué las cuerdas en el estudio dirigiendo la improvisación de los músicos sin que ellos escucharan las puertas. La pauta durante todo el proceso fue la frescura y a la vez el compromiso. Todas las tomas están hechas en tramos completos, es decir que los músicos debieron aprender las partes completas de los temas incluida su propia impronta antes de grabar, por eso suena fresco e intenso a la vez...

¿Cuáles influencias dejaron filtrar en el proceso de realización de la música? Además de las poesías, claro.

Jenny: Es un disco de música argentina, contiene música de raíz... y ritmos madres que permiten y contienen otros ritmos. Si tuviera que nombrar mis influencias me gustaría hablar de Bicho Díaz, un gran músico humahuaqueño, de Arto Linsday, de Cibelle, de Tom Zé, y por el peso poético, de Calcanhotto y Arnaldo Antunes. La obra de Antunes es una referencia fuerte, un artista que explora en las intersecciones de las artes. Conociendo su trabajo pude llegar a los poetas concretos brasileros y esto abrió un mundo nuevo para mí. Estoy musicalizando sus poemas, incluso aquéllos que ya tienen música hecha por él o por otros autores. Desde ese lugar de influencias de la poesía visual llegué al propio, el de la poesía fonética, y produje un disco de canciones en 2008, tratando de crear un espacio donde se disolvieran palabra y forma, en un lenguaje fonético que incluyera culturalmente toda una región. Un lenguaje anterior a la palabra que evita usarla como mero vehículo de significado y que se estructura desde alguna sonoridad... No me busques en el frío mantiene esa búsqueda de juego con la voz, en Boca a boca el texto pretende ser un caramelo, y en Esta furia la voz saturada y sobregrabada quiere incomodar...

Titi: Experimentamos sobre la fusión de distintos ritmos, Ahora y Palabras cruzadas, por ejemplo, son huaynos. La polirritmia está construida en base a un bombo lehuero en ritmo de huayno. Nos atrae el folclore, pero también la electrónica, el rock y el pop experimental, el jazz, pero es en la fusión con la música de raíz donde sentimos que hay una profundidad que buscamos. En este sentido la influencia de Luzmila Carpio se liga a Tom Zé, Cornelius, música contemporánea, ruidismo y rock...

¿Cómo ven la escena independiente o de arte alternativo en Córdoba? Algunos artistas que quieran mencionar.

Jenny: Hay que hacer olas en Córdoba... eso diría Gastón. En Córdoba se hace mucho, los artistas trabajan mucho y se produce en verdad más de lo que la ciudad consume. Los artistas que grabaron en el disco son mis amigos y mis referentes, con ellos comparto y de ellos aprendo mucha música. Ellos son mis compañeros y están cada uno con proyectos artísticos musicalmente muy ricos. Hablo de Mono Banegas, Germán Náger (mi hermano), Paola Bernal, Viviana Pozzebón, Pablo González, Fede Seimandi, Víctor Renaudeau, Heleen de Jong, Lucía Rivarola, Pablo Fenoglio, Liliana Zavala, Fede Flores, Titi Rivarola, Adriana Pacheco, Marcos Modenesi y Adriana Bustos (artista visual cordobesa, que en este caso grabó la voz lead de Hacer olas, en una sesión por cierto muy divertida).

Titi: Hay ganas de crecer, de hacer más profesional la forma en que se muestran y se definen los productos artísticos, más allá de las circunstancias. Eso se nota en la gran cantidad de estudios de grabación que se abren en Córdoba y en lo que invierten los músicos en la producción de sus trabajos. Es un proceso largo, que está dando frutos de a poco, pero constantemente.

Gastón: Es una escena inquieta, muy prolífica, y por cierto a veces más y a veces menos “independiente”. Editar con calidad y con absoluta libertad es perfectamente factible aquí, y algunos lo hacen, como Alción, Caballo Negro y Llanto de Mudo.

¿Cómo imaginan la presentación de esta obra? ¿Qué viene después?

Jenny: Creo que tendrá momentos oníricos y lejanos... poéticos, otros acústicos, otros eléctricos hasta electrónicos, otros pautados y muy ensayados y algunos con una carga fuerte de improvisación, todo en proporciones variables. Tenemos la idea de continuar y presentar por un tiempo este proyecto... queremos tener cintura para poder realizarlo con una banda eléctrica o acústica según la ocasión.

Gastón: Imagino una presentación acorde a este proyecto múltiple: un despliegue de músicos amigos en escena, imágenes y algún instante de poesía intervenido por música en improvisación. Lo que viene después será una sorpresa, seguramente también para nosotros... ¿Qué música están escuchando en este momento? Jenny: Pongo pocos discos, pero igualmente escucho mucha música porque convivo con tres músicos, mi esposo y mis dos hijas. A través de ellos escucho Sigur Rós, Animal Collective, Hiromi, Nirvana, White Stripes, Jaime Roos , Orozco-Barrientos, Arnaldo Antunes, Tom Zé, y también mucha música de aquí de Córdoba que a Titi le acercan las bandas constantemente para que opine, produzca, mezcle, masterice.

Titi: Escucho música de lo más diversa. Desde Luzmila Carpio a Pantera, pasando por Jaime Roos, Orozco-Barrientos, Korn, Buckethead, Peaches, Yeha Yeha Yeas y Demi Carabajal, Ceramic Dog (Marc Ribot) y Nação Zumbi, entre otros. Gastón: Leonard Cohen, Arto Lindsay. Adriana Calcanhotto, Sabina, Malena Muyala. Tom Waits...

> Ver reseña de este disco acá

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